"La idea del “pobre” como un sujeto radicalmente distinto y virtualmente amenazante es antigua y se populariza en Europa occidental durante la baja Edad Media. Todo indica que en Latinoamérica esa idea sobrevive y que en Chile, al menos en determinados sectores, está fresca y corcoveando, según se desprende de las declaraciones de la señora Ximena Ossandón, vicepresidenta de la Junji."
Del artículo "Junji y Gini: una canción de cuna para los pobres
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¿No es definitivamente tragicómico que levantar mediaguas para los pobres se haya transformado en una actividad digna de ser registrada por las páginas sociales y que la necesidad de justicia social sea desplazada por un extraño engendro de paternalismo de fin de semana y marketing religioso? Las técnicas de la modernidad -gestión gerencial, beneficencia high tech- finalmente puede que contribuyan a aliviar necesidades de corto plazo. El problema es que a la hora de los índices en mayúsculas, como el coeficiente de Gini, lo que porfiadamente sobrevive son nuestros patrimoniales índices de desigualdad y nuestra bicentenaria vocación por reemplazar la justicia por caridad.
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