Aunque en un principio me pareció simpática la idea (mirándolo en términos "profesionales" me sigue pareciendo buena, en cualquier caso) al poco de mirarla me di cuenta de que algo le faltaba. A ver si mirándola más de cerca Ud. descubre qué es lo que falta, o mejor dicho, quién.
R.: fácil, no está el papá del Bairon, ni del Jonatan, ni del Brayan, ni del Brayatan, ni de la Jessica, la Yaqueline, la Yesenia, ni del Maicol, ni de la Dayana, ni de... bueno, ud. me entiende.
Algo a lo que se podría responder simplemente diciendo que el target de dicha campaña no eran precisamente el Bairon, ni el Jonatan, ni el Brayan, ni el Brayatan, ni la Jessica, la Yaqueline, la Yesenia, ni el Maicol, ni la Dayana, sino que el Matías, el Mateo, el Lucas, Emilio, Martina, Joaquín, Ignacio, Magdalena, Chemi (¿se le habrá pasado de copy-pastear algún aviso español al encargado?), en fin... toda esa sartalá de nombres estampados en ese pendón blanco que, de alguna forma, es un muestrario de los nombres que han estado "de moda" en los estratos medio-altos de Chile en los últimos 10 a 12 años.